14:42 El Gobierno porteño denunció a primeras marcas de ropa por producir con trabajo esclavo
La denuncia se radicó ante la Justicia Federal y alcanza a talleres que producen para Puma, Fila, Arena, Bensimon, Topper y Le Coq Sportif. El ministro de Producción porteño indicó que "está comprobado" que las grandes marcas se benefician con ese tipo de trabajo.
El Gobierno porteño denunció hoy a través de la Procuración General a los representantes de varias primeras marcas de calzado y ropa deportiva por su supuesta vinculación con "trabajo esclavo" en talleres clandestinos.
El ministro de la Producción de la Ciudad, Enrique Rodríguez, afirmó que "está comprobado que las grandes marcas se benefician con la producción de trabajo esclavo", por el cual se pagan sumas ínfimas por jornadas de trabajo extensas.
Asimismo, consideró que "las condiciones en los establecimientos" donde se confecciona ropa "han variado, podríamos decir entre comillas mejorado", aunque aclaró que todavía son muchos los talleres en los que persiste el denominado "trabajo esclavo".
Se puntualizó que la denuncia se efectuó ante el Juzgado Federal número 3, por presuntas violaciones al artículo 140 del Código Penal y a distintos artículos de las leyes 12.713, de Trabajo a Domicilio, y 25.871, de Migraciones.
A través de un comunicado oficial se precisó que "las empresas involucradas son Unisol S.A. (PUMA), Fila Argentina S.A. (Fila), Distrinando S.A. (Lecop-Arena), Royal Denim S.A. (Bensimon), Alpargatas Calzados S.A. (Topper) y Le Coq Sportif".
(http://www.clarin.com/diario/2007/07/30/um/m-01468129.htm)
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“No se de qué quejan”, dice el representante de los fabricantes de ropa, “gracias a nosotros tienen trabajo y le ayudamos al mismo gobierno que ahora nos denuncia a disminuir los índices de desocupación”.
“Además no tenemos responsabilidad acerca de la tonta necesidad que tiene la gente de comprar obsesionados por la marca. Hace un año quedó demostrado que el mejor calzado deportivo es Pirulito y la mejor ropa deportiva es de La Mechi, pero ellos siguen gimiendo por las marcas famosas: que se jodan”, agrega indignado.
Por otra parte, los representantes de las marcas, excretaron un comunicado señalando que: “Nuestras empresas son prestigiosas en todo el planeta y de reconocida solvencia moral, de manera que no podemos hacernos responsables por los sub-contratistas nativos que no creen en los derechos humanos, como nosotros”, dice Sir Thomas mientras se tapa la nariz recorriendo uno de los talleres-vivienda-presidio allanados por la policía.
“Hay mucha demanda de las marcas y simplemente repartimos el trabajo”, aclara con gesto y mirada docente, por si uno no entiende.
Incluso, y para quienes se sientan intranquilos, preocupados y hasta tristes por estos pequeños asuntos, el ministro de la Producción de la Ciudad, Enrique Rodríguez, afirmó que: “Las condiciones en los establecimientos donde se confecciona ropa han variado, podríamos decir entre comillas mejorado".
Es bueno reparar en el aporte lingüístico del ministro que ha hecho el hallazgo de encontrar cosas que son capaces de mejorar entre comillas, una desconocida variedad de mejoría.
Hasta la ciencia apoya a los responsables del trabajo esclavo, ya que un prestigioso antropólogo de marca (que no podemos mencionar por razones éticas), salió en defensa de los fabricantes.
Dijo que: “Hay que terminar de una vez con la hipocresía psico-bolche de esta cultura, que por un lado se la pasa lloriqueando progresismo pero vive haciendo lo contrario. El neo-darwinismo nos ha enseñado que el capitalismo salvaje tiene un profundo sentido biológico: recontra-explotar a la gente es normal, la sana competencia mejora a la especie favoreciendo a los más aptos”.
“La Naturaleza nos enseña que hay presas y depredadores”, agrega enfundado en ropa de marca, “las presas son más numerosas y se mueren antes, los depredadores deben darles caza y listo, las cosas son así de sencillas”.
¿Qué tiene de raro eso de la esclavitud?, explican los sociólogos de marca.
El único problema serio que tienen los fabricantes es evitar que el olor a esclavo contamine al producto, incorporándose a la ropa y a las zapatillas.
Pero esa desagradable sensación también puede evitarse: por suerte, hay buenos perfumes y desodorantes de marca con esos aromas a limpio que te dejan presentable de verdad, apto para merecer estar en el mundo.
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