Madre de nueve hijos da a luz cuatrillizos

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19:55 Una mendocina, madre de nueve hijos, dio a luz a cuatrillizos

La mujer, de 36 años, tuvo tres varones y una nena. "Todos se encuentran en perfectas condiciones" informaron los médicos del hospital Lagomaggiore de la capital provincial, donde fueron atendidos. Los demás chicos tienen entre 9 meses y 17 años.

Carina Mayorga está acostumbrada a cambiar pañales y dar la mamadera. Lo hizo con sus nueve hijos anteriores. Pero ahora deberá habituarse a la simultaneidad, ya que ayer fue mamá de cuatrillizos.

"La mamá y los pequeños se encuentran en perfectas condiciones", informaron médicos del hospital Luis Lagomaggiore de la capital provincial, donde la joven mamá de 36 años dio a luz.

A las 13.45 llegó Juana Candela que pesó 1,200 kilogramos. Pocos minutos después nacieron José María (1,425 kg), Santiago (1,365 Kg) y Pablo (1,225 Kg). Llegan a una familia que ya era numerosa compuesta por otros nueve hermanos: el mayor de 17 años y el más chico de nueve meses.

Carina Mayorga, fue trasladada de urgencia por el Servicio Coordinado de Emergencia desde su casa ubicada en el distrito El Algarrobal en el departamento mendocino de Las Heras, ubicada a unos 15 kilómetros al noreste de la capital. Ella, la nena y los tres varones se encuentran en perfectas condiciones de salud.

(http://www.clarin.com/diario/2007/07/24/um/m-01464070.htm)

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Empeñada en lograr el sueño del pueblo propio, Carina Mayorga ya tiene trece hijos a los 36 años.

“Mi vocación oculta es cambiar pañales, pero de paso cumplo con un deseo de mi padre, que cuando era chica me contó que su sueño era tener un equipo de fútbol de producción familiar”.

Aconsejada por su primer psicólogo, Carina empezó dando rienda suelta al deseo paterno pero las cosas fueron cambiando, de manera que el segundo psicólogo le aconsejó comenzar una tardía rebelión contra el padre, que el primero había olvidado.

Por eso ahora el objetivo es fundar Carina´s City, lo cual explica enteramente la aparición de Juana Candela: las chicas no hacen falta en un equipo de fútbol, pero en un pueblo sí.

Es de destacar que el deseo del padre, encandilado con la idea de crear el Club Atlético Mayorga, era muy completo: le había pedido once titulares y cinco suplentes, lo cual hace un total de dieciséis muchachos aptos para la práctica deportiva.

Las cosas siguieron cambiando, y el tercer psicólogo entró en pánico cuando vio las consecuencias del trabajo de sus antecesores, de manera que intentó utilizar la vocación pañalera de Carina para sugerirle que, en sus ratos libres, trabajara como voluntaria en la nursery del hospital.

“De ninguna manera, sólo sirvo para cambiar pañales de mis hijos, así que voy a buscar a mi cuarto psicólogo, él que verdaderamente me ayude a crecer en mi vocación”, contestó de mala manera Candela, profundamente herida en sus más profundos instintos maternales.

“Algo hay que hacer”, dijo el director del hospital, “ésta chica no tiene freno y está logrando que el hospital trabaje sólo para ella: clínicos, obstetras, ginecólogos, pediatras, cirujanos, camilleros, enfermeras, mucamas, chóferes y hasta los empleados de estadística están a su servicio. O nos dan más presupuesto o la curamos o renuncio”, dijo el preocupado responsable del hospital regional.

“Es un simple caso de adicción a la maternidad”, le dijeron los psiquiatras que consultó. “Pero lamentablemente no tiene cura”, agregaron.

Ahora los genetistas dicen que el próximo embarazo viene de seis, lo cual produjo un estallido de alegría en Carina y su familia, que ya anda buscando escribano y probándose los atuendos para la ceremonia de fundación del pueblo.

Lo raro es que nadie hable del marido de Carina, de quién se desconoce el nombre y apellido.

De él sólo se sabe que, además de los tres trabajos diurnos, fue contratado como sereno de una obra en construcción.

En el pueblo, algunos creen que es el comienzo de la inevitable fuga.

Otros sostienen que nunca tuvo psicólogo, que es un militante de la causa familiar, y que ésa es la única manera de sostener a su mujer, a sus hijos, al psicólogo de turno y a la fábrica de pañales.

Avisen si lo ven porque estamos buscándolo, si es que realmente existe.