20:22 El personal no médico del Hospital Francés cumplió una jornada de paro
Los trabajadores realizaron la medida de fuerza hasta las 18, en reclamo de "garantías sobre su situación laboral". La protesta afectó el servicio de camilleros, limpieza, laboratorio y del sector administrativo. No obstante, las guardias atendieron con normalidad.
Personal no médico del Hospital Francés realizó un paro de diez horas para reclamarle al Gobierno "garantías" sobre su situación laboral, en el marco del traspaso del centro sanitario al PAMI.
Los trabajadores votaron ayer en asamblea el cese de actividades de 8 a 18, lo que afectó, como sucedió la semana pasada, el servicio de camilleros, limpieza, laboratorio y del sector administrativo, aunque no las guardias ni atenciones.
"Decidimos aumentar las medidas porque el Gobierno anunció hace seis meses el traspaso de nuestro hospital al PAMI pero hasta ahora nunca nos garantizó lo que va a pasar con los 1.200 trabajadores", explicó el delegado David Garuti.
Al mediodía, los empleados participaron además en una celebración religiosa, frente al hospital, La Rioja 951, en la que también participaron afiliados.
Además, un grupo de afiliados a Cefran, la obra social del hospital se reunió, como todos los miércoles, para adherir al reclamo del personal no médico y exigir una "mejor atención", en relación al dinero que continúan abonando.
(http://www.clarin.com/diario/2007/07/04/um/m-01450625.htm)
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Los no-médicos pararon a los franceses del hospital.
Dicen que no se sintieron garantizados por alguien o por algo: sin duda es una sensación muy desagradable y hasta molesta.
Los médicos dieron turnos, pusieron inyecciones, transportaron en camilla y manejaron las ambulancias: dijeron que nunca más, que para eso prefieren vender seguros o reírse de ellos mismos desde el lugar de visitadores médicos, que saben todo y toman café en el bar de la esquina cuando quieren.
Apareció un condimento nuevo: cefrán, de origen desconocido.
El delegado Garuti organizó una conferencia de prensa para explicar que su apellido no se escribe con doble t, por si alguien del gobierno o algún periodista tenía dudas.
Una cierta cantidad de trabajadores no-médicos exhortó a los pacientes para que no se enfermaran y los dejaran hacer tranquilos sus diez horas de paro.
Al mediodía los huelguistas se encomendaron a Dios, no sin antes amenazarlo en privado para que hiciera gestiones exitosas.
Dios les dijo que iba a hacer lo que pudiera, pero que éste gobierno no le da mucha bola y que, entonces, no podía garantizar que les garantizaran lo que pedían.
A cambio, les ofreció un contacto con los pingüinos y las ballenas, que podrían tener más influencia.
Y como esto ya se ha repetido varias veces, habló con sus arquitectos y apoderados para que cambien la iglesia de lugar, ya que está enfrente del hospital y los huelguistas no tienen otro lugar adónde ir.
A las 18 horas, Dios dio otra conferencia de prensa para pedir garantías al gobierno y a los franceses: dijo que así no se puede trabajar y al final mencionó temblorosamente la palabra “infierno”.
Los periodistas también dieron su conferencia de prensa para quejarse por exceso de garantías: los cubrieron las mucamas y las enfermeras luego de maquillarse rápidamente en los quirófanos, que tienen espejos y buena luz.
Fue tan divertido que todos los participantes, incluido Dios, se pusieron de acuerdo para organizar otras diez horas de paro durante la semana próxima, aunque aparezcan las famosas garantías y los no-médicos carezcan de excusa válida para ir a la huelga.
Pero los médicos avisaron de que no cuenten con ellos: además de dar turnos, poner inyecciones, transportar en camilla y manejar las ambulancias, tuvieron que atender a tres millones de franceses en la guardia, lo único que funcionaba normalmente.
Y el cefrán anunció que va a condimentar normalmente, siempre que tenga garantías.
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