Alquiler de vientres en Santiago

Matrimonios alquilarían los vientres de chicas del interior de la provincia
En Santiago, cinco mujeres adoptaron al hijo extramarital de su propio esposo

Los procesos llegaron a órbitas de la Justicia como una adopción simple. En una sola audiencia la madre prestó conformidad y cedió a su hijo a la esposa del padre de ese bebé.

Parece una película, pero es la pura realidad. En los últimos dos años, cinco jóvenes humildes se convirtieron en madres, fruto de una relación con hombres de clase alta, pero luego entregaron en adopción a sus hijos al cederlos a las propias esposas engañadas. En cualquier geografía, tamaña infidelidad pulverizaría -cuando no provocaría un fuerte cimbronazo- todo matrimonio.

Sin embargo este fenómeno se repitió cinco veces en los últimos dos años, al menos en el Juzgado de Familia de Primera Nominación a cargo de la doctora Nilda Tamer.

La propia funcionaria señaló ayer a EL LIBERAL que ello delata “un encubierto alquiler de vientres”. En los cinco expedientes, las madres biológicas proceden del campo; son muy pobres; de escasa formación y con casi nula personalidad.

En uno de ellos, el profesional reside en Tucumán. En los últimos años arribó a Santiago por motivos de trabajo. Aquí conoció a una joven del campo, con quien en nueve meses trajo un bebé al mundo.

Lejos de reaccionar enardecida, al poco tiempo “la esposa defraudada se presentó en Tribunales y pidió la adopción de ese niño”. Los tres aceptaron las exigencias de la Justicia y plasmaron con su firma la adopción simple del niño.

“Casi todos son matrimonios jóvenes. Por lo general, profesionales muy solventes y sin hijos. El esposo aparece teniendo un hijo extramatrimonial. En ocasiones, médicos destinados a cumplir funciones en el interior. Lo llamativo es que la esposa, muy complacientemente, requiere la adopción del hijo en lugar de iniciar una acción de divorcio, enojarse o buscar una sanción para su cónyuge adúltero”, manifestó.

(http://www.elliberal.com.ar/secciones.php?nombre=home&file=ver&id_noticia=070731YMI&seccion=Santiago)

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Clasificados

Alquilo vientre y alrededores en buen estado, con dependencias de servicio, campesina joven con trencitas y ADN al día. Condiciones ideales: vengo del campo, soy muy pobre, tengo escasa formación y con casi nula personalidad. Trámites anteriores mínimos, a los 9 meses se entrega el producto terminado y se paga a la salida del juzgado.

Se ofrece útero en condiciones impecables. Poco uso, dueño y papeles originales, con buenas piernas y lindas pestañas. Revisión médica periódica, campesina en actividad, joven y alegre, a veces melancólica, mira de frente con hermosos ojos que también se garantizan en el producto terminado. Se paga contra reembolso, tratar en el molino viejo.

Se ofrece trueque de alquiler de vientre por manutención de mis tres hijos hasta los seis años. Pueden conocerlos para ver qué hermosos y sanitos son: ésta es la garantía de que produzco buena calidad. Existe la posibilidad de lograr mellizos, uno de cada sexo. Sugiero la visita de la mujer de mi ocupante ocasional para arreglar detalles, antes de concretar.

Ofrezco vientre de clase baja para ser transitoriamente ocupado por gente de clase alta con fines serios. Con o sin atracción, eso no importa, soy demasiado pobre como para poner condiciones. Garantizo un nene bien hecho, con dedicación y calidad artesanal. Durante los nueve meses me la paso hablándoles, acariciándolos y deseándoles suerte. Se paga delante del juez.

Alquilo vientre a mujer desesperada por no poder tener hijos porque a mí me salen fácil, tengo cuatro a pesar de mi juventud. Soy muy campesina, muy pobre, no demasiado linda pero fuerte, no soy resentida, carezco de rencores y de demasiadas cosas. Pero también estoy desesperada y por eso quiero tratar con una mujer que esté igual, creo que nos vamos a entender.

Alquilo vientre para conocedores. Garabateo mis sueños con un palito en la tierra al lado de un árbol, después de contárselos a mi familia. Son sueños raros pero me gustan. Ni siquiera quiero dinero, me interesa saber si puedo producir un hijo poeta, que pueda crecer bien alimentado y vaya a buenos colegios. Prometo que no voy a meterme, sólo enterarme de lejos lo que vaya pasando con él.