martes, 17 de julio de 2007

Vigilan al último libro de Harry Potter

Ultimo Momento
14:52 Invierten más de 20 millones de dólares para evitar filtraciones sobre el último libro de Harry Potter

La editorial Bloomsbury, que publica los libros de J. K. Rowling, alquiló terrenos donde los ejemplares tienen vigilancia las 24 horas. En la noche del viernes al sábado funcionarán 180 camiones extra largos y un tren especial para garantizar la distribución del libro.

A cinco días de la salida al mercado del último libro de Harry Potter, la prensa británica dio a conocer que la editorial Bloomsbury –que publica la historia del joven mago– gastó unos 10 millones de libras esterlinas (más de 20 millones de dólares) para evitar que se filtrara el contenido del séptimo episodio.

El sello alquiló terrenos en Gran Bretaña para guardar y proteger miles de ejemplares de "Harry Potter and the Deathly Hallows". Varios equipos de seguridad vigilan allí las 24 horas del día.

La preventa del libro es un récord: el sitio Amazon.com ya registra más de 2 millones de ejemplares reservados. El Correo Real británico informó que durante la noche del viernes al sábado trabajarán 180 camiones extra largos y un tren especial para garantizar la distribución de los libros, que comenzarán a venderse desde el primer minuto del sábado.

Esos vehículos están dotados de sistemas de vigilancia satelital para controlar que ninguno se desvíe de su ruta prevista. Los libros irán en contenedores sellados y asegurados con alarmas. El Correo señaló también que la planificación de la entrega de 600.000 libros a particulares que se hará el primer día se realizó con "precisión militar".

(http://www.clarin.com/diario/2007/07/16/um/m-01458444.htm)

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Hace algunos años, una tal J. K. Rowling estaba garabateando borradores en un bar de Londres cuando recibió la visita de Harry Potter y sus amigos, que estaban saliendo del pre-escolar.

“Mirá, J.K. Rowling, mis amigos y yo nos pasamos el día jugando a ser magos y necesitamos que alguien escriba nuestros juegos, nuestros sueños, nuestras fantasías. ¿Te animás?”, le dijo Harry mirando por arriba de los lentes.

“Y… bueno”, le contestó J.K. Rowling, “estoy separada, tengo dos hijos y necesito dinero: hagamos el intento”, dijo la escritora sin mucha convicción.

Fue un éxito: millones de niños del mundo deliraron por las aventuras que comenzó a producir la escritora y se produjo otro milagro (el primero fue que los libros se vendieran): muchísimos chicos empezaron a leer gracias a éste proyecto, que también llegó inevitablemente al cine, un ámbito que le era natural desde sus comienzos.

Pasó el tiempo, la fama siguió vigente y un día J.K. Rowling se cansó de los juegos y las demandas del protagonista: “Este Harry ya me tiene cansada. Estoy harta de discutir con él, en el próximo libro lo mató y listo, se acabó el problema”, proclamó la exasperada escritora.

Pero Harry y sus amigos, enterados por trascendidos periodísticos y alcahuetes de la editorial, no esperaron pasivamente su final.

Se reunieron en el mismo bar donde todo había empezando, ahora tomando grandes cantidades de cerveza en lugar de cereales y yogur, y decidieron fundar el Frente de Liberación de Harry Potter para impedir la anunciada muerte en el séptimo capítulo.

Rápidamente lograron la adhesión de millones y millones de lectores a lo largo del mundo y organizaron un operativo militar (con participación protagónica de los chicos del medio oriente, duchos en el tema) para impedir la entrega de los libros y con ello lograr su propia supervivencia.

“Ahora vamos a conseguir algún escritor necesitado que escriba la muerte de J.K. Rowling”, declaró con furia Harry a la salida de la reunión.

Esto explica perfectamente que la editorial Bloomsbury –que publica la historia del joven mago– haya decidido gastar unos 10 millones de libras esterlinas (más de 20 millones de dólares) para evitar que se filtrara el contenido del séptimo episodio.

Pero parece difícil que puedan contra tantos millones que se oponen: “Por sucias cuestiones personales y editoriales nos quieren privar de la magia eliminando a Harry, pero van a tener que pasar por encima nuestro, vamos a pelear hasta el final”, dice un representante de los chicos de cinco continentes enarbolando una varita mágica y rodeado por comandos armados con bonetes.

Seguro que van a triunfar en nombre de la magia, sin la cual la vida se pone demasiado insípida.

Además, en algún tiempo, nadie va a saber quién diablos es J.K. Rowling, pero los anteojos de Harry Potter van a ser tan famosos como los de John Lennon, ese verdadero y amado precursor.

No hay comentarios.: