viernes, 6 de julio de 2007

Cerebro de ratas y depresión humana

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17:26 Científicos hallaron un "circuito" en el cerebro de ratas que podría ser clave para explicar la depresión

Expertos de la Universidad de Stanford, EE.UU., identificaron variantes eléctricas en el cerebro que se relacionan con los comportamientos que provocan la enfermedad. Hasta ahora, los especialistas no habían podido explicar la existencia de sus múltiples causas.

Científicos de la escuela de medicina de la Universidad de Stanford descubrieron la existencia de un circuito en el cerebro de las ratas que, según los primeros estudios, canaliza todos los mecanismos y tratamientos para la depresión. Hasta ahora este era un problema cuyos orígenes los expertos no podían explicar.

La revista Science publica hoy en su sitio web un informe que revela que los comportamientos que provocan la depresión se expresan en variantes de las señales eléctricas que se mueven a través de ese circuito.

El líder del equipo de investigadores que realizó el trabajo, Karl Deisseroth, dijo que este circuito puede ser la clave para explicar el porqué de la existencia de múltiples causas y tratamientos posibles para la depresión. "También nos ayuda a comprender el concepto de cómo algo que parece tan difícil de cambiar como la depresión puede tener una base tan concreta y cuantitativa", agregó el especialista, profesor de ingeniería genética, psiquiatría y ciencias del comportamiento.

Deisseroth agregó que, en casos de depresión, el cerebro de las ratas reacciona de forma parecida a la de los humanos, y también se ven afectados en forma similar ante la medicación existente para esta enfermedad.

(http://www.clarin.com/diario/2007/07/05/um/m-01451458.htm)

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La sección científica de la prestigiosa revista Rata´s publicó un extenso informe sobre la depresión luego de una investigación realizada en humanos.

El hecho de que compartan modelos funcionales cerebrales parecidos con ésa extraña especie bípeda no las hace felices, pero les es extremadamente útil.

La lista de rasgos y conductas parecidas es tan extensa que perderíamos un día entero enumerándola.

Por ejemplo: las computadoras de las ratas se controlan por medio de un pequeño artefacto que sostienen con su mano derecha, tiene un formato vagamente parecido a la forma humana y recibe el nombre de “idiota”.

Esta apreciación, a primera vista algo peyorativa, se debe a que sus investigadores han demostrado contundentemente que el cerebro humano posee posibilidades casi infinitas, pero la especie que lo porta utiliza sólo una pequeña parte de sus atributos y en una dirección francamente equivocada.

Ésa es la razón por la cual han sido re-bautizados con el simpático apodo de “idiotas”, sin ánimo de ofender a nadie.

Ahora, en la muestra humana seleccionada para estudiar el comportamiento cerebral durante la depresión, “se ha constatado que los comportamientos que provocan la depresión se expresan en variantes de las señales eléctricas que se mueven a través de ese circuito”.

Otro rasgo en común es que la prensa ratonil es tan mediocre y tendenciosa como la humana: no aclara que los problemas están entre el hipocampo y el giro dentado, dos importantes estructuras cerebrales.

Pero dicho de manera clara y comprensible, tanto para ratas como para humanos: hay demasiados cables sueltos y mecanismos circulares que se pasan la pelota sin resolver nada, lo cual logra ratas y humanos que entristecen debido a su tendencia a equivocarse siempre de la misma manera.

Así es que se paralizan y andan ensimismados y con la mirada fija en la tierra.

¿Cuántas veces no hemos visto ratas inmóviles y silenciosas quejándose del destino que les tocó?

Ahora que entendimos cómo son las cosas, sólo hacen falta buenos electricistas para resolver el problema: todo era más sencillo de lo que se creía.

Tampoco hace falta propinar insultos como: “No seas idiota” o su equivalente: “No seas rata”. O incluso: “Sos nada más que un humano de biblioteca”, etc.

Ahora, en la Universidad de Boca Ratón hay una investigación en curso que ha despertado muchas expectativas: están averiguando cómo y porqué el cerebro humano tiene esa insólita capacidad para ratonearse con cualquier cosa.

Y porqué son los primeros en escaparse cuando el barco se hunde.

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