sábado, 23 de junio de 2007

Gobernador de San Luis que usurpa su cargo

El País
LA CONSTITUCION LOCAL IMPIDE QUE SIGA EN EL GOBIERNO

Polémica en San Luis: dicen que el gobernador usurpa su propio cargo

Denuncian a Alberto Rodrígez Saá porque su mandato expiró el 25 de mayo de 2007.

El abogado Rolando Contreras pidió a la Justicia de San Luis que detenga al gobernador Alberto Rodríguez Saá en los términos del artículo 112 del Código Penal. Lo acusa de cometer el delito de sedición por considerar que está usurpando el cargo de primer mandatario, ya que cumplió su mandato el 25 de mayo último.

Alberto Rodríguez Saá asumió el 25 de mayo de 2003 y según la Constitución provincial su mandato debió expirar a los cuatro años, dicen Contreras y Mariani, según expresan los artículos 147 y 148 de la Carta Magna:

Art. 147: El gobernador y vicegobernador duran cuatro años en el ejercicio de sus funciones, contados desde el día en que presten juramento y pueden ser reelectos.

Art. 148: El gobernador y vicegobernador cesan en sus respectivos mandatos el mismo día en que expira su período legal, sin que hecho alguno que lo haya interrumpido pueda ser motivo para que lo complete más tarde o para su prórroga.

Por otra parte no ha sido sancionada ley provincial alguna que haya autorizado al gobernador y su vice, Blanca Pereyra, a prorrogar su mandato hasta el 10 de diciembre.

El su escrito el abogado Contreras sostiene que "de hecho, el doctor José Alberto Rodríguez Saá continúa ejerciendo el cargo de gobernador de la provincia de San Luis en forma ilegal y delictiva."

(http://www.clarin.com/diario/2007/06/23/elpais/p-02401.htm)


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Un día, el señor Alberto Rodríguez Saá formó a sus tropas y atacó la casa de gobierno para destituir al gobernador Alberto Rodríguez Saá.

En el momento del traspaso del poder hubo algunos problemas menores, por tratarse de la misma persona, pero finalmente un psiquiatra y un sacerdote resolvieron todos los problemas como suelen hacer: mintieron en nombre de la ciencia y la teología.

Sólo un personaje celoso y resentido, el abogado Rolando Contreras, se puso a hacer problemas con éste asunto. Y, en lugar de dejarlo pasar como suele hacerse, anduvo agitando el pequeño incidente folklórico para transformarlo en una noticia.

“Bueno, de acuerdo”, dijo el dueño del diario, “hoy no tenemos nada para decir y el gobernador me debe plata”.

“Está bien”, dijo el juez, “voy a aparecer en todo el país por unos días, me van a hacer reportajes y necesito algo para elevar mi autoestima y reconquistar a mi mujer, que está por dejarme por un secretario de juzgado”.

“Adelante”, dijo el arzobispo, “total, podemos justificar cualquier cosa en nombre de Dios: que se quede o que lo echen, nos da lo mismo”.

“Oportunidad maravillosa que no podemos dejar pasar”, dijo la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras, “ahora podremos explicarle a la población algunos problemas de identidad y personalidad para educarlos un poco”, dijeron.

“Fue un simple problema de memoria”, expresó el médico personal del doble gobernador. “Simplemente se olvidó que había terminado su mandato, nadie se lo recordó y él siguió adelante con su función, con la que se ha encariñado enormemente. Le aconsejé que siguiera porque eso es bueno para su tratamiento, de acuerdo a su psicólogo. Es que trabajamos en equipo y así nos va muy bien a los dos”, agregó el facultativo.

Pero el tozudo abogado Contreras (que por algo se llama así) sigue insistiendo y hasta redobla la Apuesta: quiere que la justicia de San Luis detenga ya mismo a alguno de los dos Alberto Rodríguez Saá o inclusive a ambos, si los dos siguieran desconociendo a la constitución de la provincia.

Es un sedicioso y hay que detenerlo o detenerlos”, dice, dudando ya de a quién o a quiénes se refiere.

Póngase de acuerdo”, dice el juez, “no podemos detener a dos personas que se llaman igual y parecen clonados, eso está prohibido por la constitución y las leyes”.

Ahora mismo hay un interesante debate en la plaza principal de San Luis dirigido por delegados de los periodistas, jueces, psiquiatras y sacerdotes.

Y la gente está feliz porque tiene un motivo de encuentro y sobresale el olor de las ricas tortas fritas, ideales para acompañar a unos buenos mates.

El único que tiene problemas psiquiátricos y policiales es el abogado Contreras.

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