sábado, 2 de junio de 2007

Tuberculoso grave viaja tranquilamente

Ultimo Momento
23:41 Polémica en EE.UU. por el caso de un hombre que viajó a Europa sabiendo que tenía tuberculosis grave

Es un abogado de 31 años que voló al Viejo Continente para casarse. Cuando estaba allá se enteró que padecía una cepa sumamente peligrosa y contagiosa. Pero igual decidió regresar. Ahora, la tripulación y los pasajeros deben hacerse controles. Es la primera persona puesta en cuarentena por el gobierno estadounidense desde 1963.

Es una situación insólita, con un alto grado de irresponsabilidad personal y oficial: un abogado estadounidense llamado Andrew Speaker, originario de Atlanta, realizó un viaje de ida y vuelta a Europa sabiendo que padece una tuberculosis grave y que podía haber contagiado a otras personas.

"He vivido en este estado de miedo constante y ansiedad y agotamiento desde hace una semana, y pensar que otra persona se siente así ahora, es horrible'', dijo a la cadena de televisión ABC desde su habitación en un hospital de Denver, donde lo están tratando.

Speaker, de 31 años, sufre de una cepa de tuberculosos especialmente peligrosa y resistente a un amplio espectro de antibióticos convencionales. Para dar una dimensión de la situación vale tener en cuenta que es la primera persona infectada puesta en cuarentena por el gobierno estadounidense desde 1963.

El mes pasado, a pesar de estar al tanto de su enfermedad, viajó a Europa para casarse y pasar su luna de miel. Allá se enteró que su caso era especial, por el tipo de cepa. A pesar de ello, decidió tomarse un avión de regreso a su país.

Sin embargo, el doctor Martin Cetron, director de la división de migraciones globales del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos, sostuvo lo contrario: "Le dijimos claramente que no tomara un vuelo de regreso".

(http://www.clarin.com/diario/2007/06/01/um/m-01430185.htm)


//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////


Andrés El Hablador no dijo ni una palabra más y pasó a la acción: fue a festejar su tuberculosis con una luna de miel en Europa.

Después se asustó y prefirió que lo atendieran en casa de manera que, sin dudarlo, volvió a subirse a un avión y retornó a los EEUU.

Eso, pese a que un tal Martin Cetron, director de la división de migraciones globales del Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos, le advirtió claramente: “El desastre que ocasiones en Europa es cosa tuya, pero no se te ocurra volver aquí”.

“Pensaba terminar con la especie humana en Europa, pero mi novia y su familia me convencieron que no hay como morir en casa, rodeado por tu propia familia y los amigos del barrio”, declaró Speaker cuando los del FBI le dejaron abrir la boca.

La luna de miel transcurrió en un reconocido centro de terapia intensiva para enfermedades infecciosas: la novia se casó de riguroso barbijo y uniforme verde esperanza.

La consumación del matrimonio consistió en una sesión visual (dulcemente compartida) del canal codificado Venus, de utilización normal en los servicios para pacientes agudos.

“Estoy orgullosa de mi Andrew, ¡hay que ser muy original y muy romántico para venir con su tuberculosis a cuestas para casarse conmigo!”, dijo la flamante esposa, después de recalcar que consideraba la actitud de su novio como “una verdadera prueba de amor de las que ya no hay”.

El psiquiatra de a bordo se manifiesta extrañado por el miedo y la ansiedad de Andrew: “No entiendo porque tanto lío: lo que da miedo es aterrizar en Argentina o en Irak. Pero es inexplicable que una simple tuberculosis aguda, resistente al tratamiento, mortal y altamente contagiosa pueda provocar ese estado en una persona normal”, dijo al aterrizar, con barbijo y a diez metros del pobre Andrew.

“Es que pensé que el hecho de ser abogado me aumentaría las defensas”, expresó Andrés El Hablador minutos antes de la traqueotomía.

Si sobrevive, se barajan las siguientes alternativas para concluir su terapia: Guantánamo, Irak o Afganistán.



No hay comentarios.: