lunes, 13 de agosto de 2007

El Papa pidió ayuda para los damnificados de Asia

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09:52 El Papa pidió ayuda para los damnificados por las inundaciones en Asia

Benedicto XVI hizo un llamado a la comunidad internacional por el desastre que azota a varios países de esa región. Las lluvias, las peores de la década, ya dejaron más de 2.000 muertos y millones de personas sin casa.

El papa Benedicto XVI pidió hoy que no falte una "ayuda oportuna y generosa de la comunidad internacional" para los damnificados por las inundaciones en Asia, donde ya hay más de 2.000 muertos y 19 millones de desplazados.

Tras el tradicional rezo del Angelus, celebrado en la residencia veraniega de Castel Gandolfo, el Papa subrayó su "profunda participación en el dolor de las poblaciones afectadas" por las inundaciones, que han causado "numerosas víctimas y dejado a millones (de personas) sin techo".

Además, invitó a los fieles a rezar por las víctimas y apoyar "las iniciativas de solidaridad promovidas para aliviar el sufrimiento de tantas personas duramente afectadas".

En otro pasaje de su discurso, Benedicto XVI pidió a la virgen María que ayude a los fieles "a no olvidar" que en la Tierra se está "de paso", y les enseñe a prepararse para encontrar a Jesús.

(http://www.clarin.com/diario/2007/08/12/um/m-01476697.htm)

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El papa Benedicto XVI está tan angustiado por el destino de los 2000 muertos y los 19 millones de desplazados que ha decidido, en un gesto que lo honra y demuestra su generosidad, donar sus coquetos zapatitos rojos.

“Sí, creo que es la mayor contribución que puedo ofrecer, me desgarra pero lo voy a hacer”, explicó compungido por la pérdida a sus seguidores.

“Posiblemente me den 100 euros en el mercado negro, que ya pongo a disposición de las víctimas. Es más: el primero que venga a pedirlos se los lleva y los vende”, expresó arrepintiéndose de la primera decisión.

“Es que soy muy sensible y hasta impulsivo: no puedo dormir pensando en la pobre gente damnificada”, dijo enjugándose las lágrimas.

Preguntado acerca de porqué no ofrecía alguna de las fastuosas riquezas del Vaticano para paliar la extrema necesidad de los millones de desplazados, miró fieramente al sorprendido periodista y le contestó:”Mirá nene, no preguntes estupideces y no te hagas el idiota, a ver si no tengo que rezar por vos, también”.

En otro orden de cosas, aunque sean las mismas, explicó que su especialidad es rezar por los 2000 muertos: “Ellos necesitan mi oración porque ya deben estar sentados en el Juicio Final, esperando el veredicto que los instalará para siempre en el Cielo o en el Infierno. Se imaginan que es mucho más trascendente que la situación de los millones aquí en la Tierra, un simple hogar de tránsito”.

¿Y el Purgatorio?, preguntó otro periodista (el primero había optado por escapar sigilosamente y mudarse de planeta).

“¡Ah!, me olvidé de decirles que la semana pasada lo suprimimos, igual que al Limbo. Los costos son muy altos para mantener tantos lugares, de manera que decidimos cerrar definitivamente el Purgatorio”.

“¿Y la Virgen, van a sacarla también?”, preguntó muy angustiado un periodista que había sido duramente increpado por su psicoanalista la semana anterior por cuestiones de Edipo Crónico.

“No te preocupes, hijo, ella sigue teniendo trabajo”, lo tranquilizó el Papa.

“Además, es la única que tiene cara para ayudar a los fieles "a no olvidar" que en la Tierra se está "de paso", y también enseñarles a prepararse para encontrar a Jesús”, explicó en tono de profesor de teología.

Sin ella esto no funciona”, agregó como para que no quedaran dudas, si las hubiera.

“Y ahora recemos todos porque San Pedro me envió un mensaje de texto y dice que está por empezar el Juicio. Incluso ustedes, ¿o acaso no son católicos?”, dijo mirando con sus diabólicos ojos a los sorprendidos periodistas.

Miren que sino se van al Infierno”, amenazó con el dedo índice y un sugestivo movimiento de arriba para abajo.

Y te juro por lo que más quieras que todos se pusieron a rezar.

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