Un hombre fue baleado por el amante de su mujer adentro de una habitación. A su vez, el herido, que también estaba armado, salía con la esposa de su atacante. Ahora está grave. Su mujer y el amante, presos.
Parece el desenlace de una telenovela, pero no lo es: un hombre está grave en el hospital de Urgencias de esta ciudad, luego de que el amante de su esposa le pegara un tiro en el pecho y otro en la cabeza. A su vez, el herido es amante de la mujer del agresor. Una historia de pasiones cruzadas que tiene en vilo a Oncativo: una ciudad del sur cordobés, a 75 kilómetros de la capital, donde viven todos los protagonistas.
La historia, que fue confirmada a Clarín por el fiscal Luis Nazar, se desencadenó al mediodía del jueves en un albergue transitorio llamado "Momentos", en la localidad de Pilar, a medio camino entre Córdoba y Oncativo. Allí Sonia, de 43 años, llegó en su auto aparentemente sola para esperar a su amante, Alberto, de 45. Pero en realidad llevaba a su propio marido, Juan, de 44, oculto en el baúl. "Parece ser -relató el fiscal- que la pareja quería recuperar unas fotos eróticas con las que el amante de ella los habría estado extorsionando".
Lo concreto es que ella lo esperó en el cuarto y su esposo escondido en el baño. Cuando Alberto llegó, "arrojó las fotos sobre la cama y Juan salió a enfrentarlo", detalló el fiscal. "Pelearon cuerpo a cuerpo y hubo disparos ya que ambos estaban armados. Es allí cuando Juan cayó herido", describió a Clarín el funcionario judicial.
Cuando la Policía llegó, alertada por el dueño del hotel, se encontró con la tragedia consumada: un hombre gravemente herido, la mujer llorando y varias fotos dispersas sobre la cama. Alberto se había escapado del hotel. ¿El contenido de las imágenes que habrían motivado la cita? Juan, el marido baleado de Sonia, haciendo el amor con la mujer de Alberto, el amante de Sonia.
Juan está internado con pronóstico reservado en el Hospital de Urgencias, "tiene un balazo en la cabeza y otro en el tórax", informaron los médicos; su mujer y el amante están detenidos e imputados por "tentativa de homicidio", en el caso de él; y de "partícipe necesario", en el mismo delito en el caso de ella.
Pero, según los investigadores, la historia es aún más compleja: "Es que el herido se había acostado con la mujer del amante de su esposa y habría sacado él mismo las fotos que hizo llegar a manos de su rival para vengarse", explicaron. Y no sólo eso: ella se habría enamorado al punto de hacerle "terribles escenas de celos en un negocio de venta de elementos agrícolas que él tiene en Oncativo".
Los investigadores barajan varias hipótesis: que Sonia y Juan quisieran recuperar las fotos que lo comprometían a él; una posible emboscada de ambos contra el amante de ella que les salió mal; o bien una trampa pensada entre Sonia y su amante para "saldar cuentas" con Juan, ya que éste "los habría engañado a los dos acostándose con la otra mujer".
Pero esta última posibilidad tiene un ingrediente que resulta aún más inquietante, y que se desprendió de las declaraciones de Sonia. "Según ella, su marido sólo quería asustar al amante con balas de fogueo, ya que practica tiro al pichón", le dijo a Clarín una fuente del caso; explicó que la idea habría sido amenazarlo y hasta "dispararle con salvas" para intimidarlo y que no saliera más con ella.
Estos dichos les hacen pensar a los policías que "tal vez Sonia los manipuló a ambos, ya que los dos fueron armados" al hotel. Las pericias determinarán si el marido llevaba o no balas de salva en su pistola. Lo cierto es que el amante había cargado su arma con balas verdaderas.
(http://www.clarin.com/diario/2007/10/30/policiales/g-05201.htm)
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Los cuatro son amantes de la literatura y especialistas en el género policial.
Un día se reunieron en una cafetería de Oncativo, al cual llamaban Vengativo para bromear un poco, y decidieron que ya no había buenos argumentos: les pareció que los novelistas y los guionistas contemporáneos se repiten mediocre y aburridamente.
Entonces diseñaron la historia que antecede, perfecta por donde se la mire.
Hasta lograron que un amigo cambiara el nombre del hotel, que pasó del consabido “La Cita” a llamarse “Momentos”, metafísica y cinematográficamente más adecuado.
El único problema que queda por dilucidar es la estructura material de las balas que disparó Alberto, porque en principio estaba convenido que todas fueran de fogueo.
Si bien los hombres pensaban llegar hasta las últimas consecuencias (incluso morir) para que la historia mereciera contarse hasta el fin de los tiempos y el espíritu épico quedara flotando en la memoria colectiva cuando se los mencionara, finalmente predominó el acertado sentido común de las mujeres, que los convencieron de usar balas de utilería.
A pesar de múltiples intentos, Periodismo Sur-Realista no pudo todavía reportear a los protagonistas debido al artefacto legal conocido como “secreto de sumario”, que protege a los malos guionistas pero nos impide hablar directamente con estos talentosos escritores de Oncativo, provincia de Córdoba.
De manera que me quedo con las mismas preguntas que se estarán haciendo los lectores:
¿Y si las balas de Alberto eran verdaderas, tal cual figura en la crónica?
¿Y si Alberto era el único que no bromeaba o tenía fundadas sospechas de que su mujer y su amigo habían profundizado el juego para convertirse en amantes reales?
¿Y si Juan era amante de la mujer de Alberto y había pergeñado la historia para legitimar esa relación y divertirse secretamente?
¿Y si todo fue un invento de Sonia que quería tener a los dos y propuso el argumento de la película para terminar de destruir a la mujer de Alberto, que ni siquiera se menciona?
¿Y si la historia nació de la fértil imaginación del Director de Turismo de Oncativo, localidad poco conocida y hasta evitada por los turistas que visitan Córdoba?
Y así mil preguntas más, que nunca tendrán respuesta, pero jamás lograrán opacar la extraordinaria belleza que posee la trama de la historia que ustedes acaban de leer.
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