Ordenan el arresto de la familia de Pinochet

El Mundo
UN FALLO QUE DESNUDA LAS MANIOBRAS DEL EX DICTADOR PARA OCULTAR SU FORTUNA MALHABIDA
Ordenan el arresto de la familia de Pinochet por cuentas secretas
Afecta a la viuda y a sus cinco hijos por el caso del banco Riggs. También incluye a seis militares, entre un total de 23 personas. Los acusan de "malversación de caudales públicos" por más de US$ 20 millones.

El fallo de Cerda fue el documento más leído ayer por los chilenos. En un lenguaje directo hace una completa y detallada relación de la operación realizada por Pinochet y su familia para utilizar fondos de los gastos reservados del Gobierno, del Ejército y otras instituciones para enriquecerse. Y también de cómo los ocultó.

LAS RAZONES DE UNA MEDIDA HISTORICA

Estalló la noticia y en el Club Militar de Lo Curro se hizo el silencio. El grupo de pinochetistas reunido en el búnker que el dictador se hizo construir en secreto en el sector más exclusivo de Santiago en 1983 sufrió un shock. Entonces, la denuncia, que obligó a desistir a Pinochet de vivir en la casa napoleónica, fue rechazada por sus partidarios. No quisieron saber que Pinochet robaba. Lo mismo hicieron cuando se entregaron pruebas de cómo usó fondos del Estado para comprar su residencia en El Melocotón.

Ayer debieron asumir que algunos de sus amigos y líderes ingresaban a la cárcel no por asesinar ni torturar, lo que aún defienden, sino por ayudar a Pinochet y a los suyos a enriquecerse de manera ilícita.

Porque ahora las pruebas están a la vista de que uno de los peores pecados de Pinochet fue involucrar a la alta oficialidad del Ejército en su maraña financiera ilícita. El hombre que prometió que no tocarían a ninguno de sus hombres -pues de lo contrario se acababa el estado de derecho- sólo movió a las tropas con sus rostros pintados de negro cuando uno de sus hijos estuvo a punto de ir a prisión por una estafa de US$ 3 millones al propio Ejército. Más de cien uniformados estaban en prisión cuando Pinochet regresó a Chile desde Londres en marzo de 2000. Bastaba que él asumiera toda su la responsabilidad. No lo hizo. Su cobardía engrosa día a día las cárceles.

Y es en esas cárceles donde hoy debe cundir la ira al leer el fallo del juez que revela que el fundo Lincoyan que su hijo Augusto adquirió en Melipilla fue cancelado con fondos estatales gracias a la intervención del auditor del Ejército ante el banco respectivo para anular la deuda y ocultar el desfalco. Lo mismo ocurrió con la lujosa residencia de su hija Jacqueline.

Los soldados que fueron a torturar y a matar porque estaban en guerra patriótica, como les decía su jefe, hoy no tienen defensa. Tampoco dinero.Pero la familia de Pinochet también debe rumiar indignación. Bastaba que Pinochet asumiera toda la responsabilidad de sus triangulaciones e ilícitos para librarlos de juicio y cárcel. No lo hizo.

(http://www.clarin.com/diario/2007/10/05/elmundo/i-02901.htm)

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Como para que vean que los del Sur también podemos, el general Augusto Pinochet aporta al mundo la revolucionaria metodología de La Traición Total.

Es fácil comprender, entonces, que este método logre producir El Odio Total.

Este verdadero profeta logró algo difícil que no parece una conquista menor, digan lo que digan: traicionó a todos, incluidos su mujer y sus hijos.

Y pasando por sus pares, los oficiales del ejército chileno y alrededores.

Por ejemplo, al discípulo que amaba como a un hijo, el coronel González, que lo recuerda con nostalgia: “Sí, no había traidor como el general. Perfeccionó la traición a extremos inigualables: nadie podrá superarlo jamás”, lagrimea emocionado un candidato a pasar varios años en la cárcel.

Hasta la viuda del general recuerda conmovida los años de traición que pasó al lado de su esposo: “Siempre lo amaré por su gran capacidad para engañarnos a todos. Y cuando algunos decían que a la vuelta de su detención en Inglaterra finalmente se haría cargo de reconocer los robos, las torturas y los asesinatos, yo siempre confié en que sería leal a sus convicciones y no lo haría. Lo defendí a capa y espada, contra todos, porque nadie lo conocía como yo”, agrega sin que se le note una lágrima o cualquier otra expresión emocional.

Y cuenta las épocas en las que tenía totalmente engañado a Salvador Allende, que confiaba en él: “Venía muerto de risa de las reuniones con Allende. Pero temía la honesta mirada del presidente y usaba esos anteojos oscuros, para que nadie pudiera adivinarle la mirada. Le decía que lo respaldaría a muerte y Allende ingenuamente lo creía: no sabía con quién se había metido”, memora doña Lucía al borde de la carcajada.

Con el tiempo y el uso indiscutible del poder, el general fue perfeccionando sus argucias. Y logró convencer a sus colegas de armas que sostenía “una guerra a muerte contra el comunismo internacional en la cual hay que dar la vida por nuestros ideales, si es necesario”.

Y los militares, que lo seguían ciegamente, lo creyeron y no tuvieron problemas en torturar, matar y hacer desaparecer. Claro que no sabían que en realidad, la “heroica cruzada” estaba destinada a recaudar, robar dinero del estado y amasar una buena fortuna que legaría a sus íntimos, la familia real pinochetista.

Lo que para muchos era impensable, es ¡que terminaría enviándolos a la cárcel por su tozudez y cobardía!

¿Cómo era posible que Dios se auto-acusara de un delito?

Ninguna teología admite esos excesos.

Nadie como él para traicionar y lo mostramos con orgullo.

El Sur ya no tiene nada que envidiarle al Norte.