lunes, 24 de septiembre de 2007

Subastan el último cuadro de Vicent Van Gogh

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15:03 Subastan en U$s24 millones uno de los últimos cuadros de Van Gogh

La obra titulada "Los Campos" fue realizada por el artista holandés el 10 de julio de 1890, 19 días antes de suicidarse. La compañía Sotheby's a cargo del remate, estima que el alcanzará un precio récord de venta.

El cuadro, que se cree que superará varias veces el precio de salida calculado en 24 millones de dólares, se exhibirá en Londres el 7 de octubre antes de cruzar el Atlántico. "Se trata de una obra de arte excepcional, que pintó Van Gogh en sus últimos días, por lo que el precio que se termine pagando por ella será fruto de la pasión", declaró una portavoz de Sotheby's.

Desde esa última ficha, el lienzo ha cambiado de propietario aunque nunca había sido subastado antes. Los expertos no se ponen de acuerdo en si "Los Campos" u otro paisaje titulado "Trigal con Cuervos" es el último cuadro que pintó el holandés. Walter Feichenfeldt, coleccionista suizo y experto en Van Gogh, cree que el cuadro que ahora sale a subasta es el último que salió de su paleta.

En una carta escrita a Theo el citado 10 de julio, el artista escribía: "Hay vastos campos de trigo bajo un cielo agitado, y no he tenido que esforzarme mucho en expresar la tristeza y la extrema soledad". "Confío en que puedas verlos pronto porque pienso llevarlos a París cuanto antes ya que creo que esos lienzos te dirán lo que yo no puedo expresar con palabras: la salud y la fuerza regeneradora que veo en el campo", agregaba el artista. Van Gogh no llegó a enviar la carta, que llevaba encima cuando se pegó un tiro en medio de esos campos, a pocos metros del almiar donde había dejado el caballete.

(http://www.clarin.com/diario/2007/09/22/um/m-01504512.htm)

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Parece que los ojos de Vincent podían ver demasiado lejos y demasiado profundo como para poder ser soportado sin devastar a la persona.

Parece que los ojos de Vincent podían ver la realidad sin traducciones: pura, simple y potente.

Parece que, simplemente, él podía pintar a la Vida. Pero tuvo la desgracia de nacer en una época de humanos demasiado acorazados (igual que ahora), y entonces enloqueció.

Sí: Vincent veía demasiado y entonces era necesario hacerle imposible la vida, aunque nadie se conjurara expresamente para hacerlo.

Remueve desde las tripas saber que fue tan infeliz, que sufrió al extremo de automutilarse primero y matarse después.

Es demasiado injusto y demasiado insoportable, porque cualquiera de sus cuadros te ayuda a percibir y celebrar la vida.

La Humanidad tenemos una deuda impagable con él y con su hermano Theo, gracias al cual pudo pintar y sobrevivir un tiempo a su desesperación.

Los girasoles de Vincent son reales, al igual que los cielos y las noches de sus cuadros. No son una representación: están ahí.

El veía la Energía y la pintaba, así de sencillo.

¿Para qué hablar de la obscenidad contenida en el actual valor comercial de sus obras?

Es, apenas, una ironía amarga y a él no debe preocuparle demasiado porque su vida cotidiana fue un infierno muchísimo peor: aunque haga sentir muchísima bronca no es un tema que importe.

Más importante es saber lo que sentía cuando elegía sus temas: "Hay vastos campos de trigo bajo un cielo agitado, y no he tenido que esforzarme mucho en expresar la tristeza y la extrema soledad".

Y que sencilla y feliz podía ser la vida, siempre que se la dejara fluir: "Confío en que puedas verlos pronto porque pienso llevarlos a París cuanto antes ya que creo que esos lienzos te dirán lo que yo no puedo expresar con palabras: la salud y la fuerza regeneradora que veo en el campo", le escribía a su hermano.

Akira Kurosawa pudo decirle gracias con un maravilloso episodio de su película “Sueños”.

Y yo estoy acá, sin saber bien cómo hacerlo, pero al menos escribo esto.

Gracias, amado Vincent.

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