domingo, 16 de septiembre de 2007

Madonna se reunió con el presidente de Israel

Personajes
20:55 Madonna se reunió con el presidente de Israel y paseó por Jerusalén

La estrella del pop visitó a Shimon Peres, quien le regaló un ejemplar del Antiguo Testamento. Ayer asistió a una conferencia sobre misticismo judío y cantó melodías religiosas.

La cantante Madonna se reunió hoy con el presidente Shimon Peres durante una visita a Israel para asistir a una conferencia sobre misticismo judío.

Madonna llegó a la casa del Premio Nobel de la Paz en Jerusalén luego del fin del Año Nuevo Judío al anochecer del sábado. Peres entregó a Madonna un ejemplar del Antiguo Testamento en una reunión que ella había solicitado, señaló la televisión israelí. La reunión fue a puertas cerradas.

La estrella pop fue filmada el viernes cantando melodías judías y bailando en la conferencia sobre misticismo, o cábala, junto con una multitud de centenares en un hotel de Tel Aviv. Se desconoce cuánto tiempo permanecerá en Israel.

Madonna llegó a Israel el miércoles en una visita privada a la Tierra Santa. Su reciente interés en la cábala, pese a que fue criada como católica, ha sido criticado por judíos ortodoxos, que lo consideran abominable. La cantante adoptó el nombre hebreo Esther, y ha sido vista luciendo un cordel rojo alrededor de una muñeca, de acuerdo con la tradición judía para combatir mal de ojo. Madonna planea visitar lugares sagrados para los cabalistas.

(http://www.clarin.com/diario/2007/09/15/um/m-01499986.htm)

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Los medios niegan a Madonna la posibilidad de ser una persona: la condenan a ser un personaje.

A los judíos ortodoxos les parece “abominable” el interés de la cantante por la cábala que, escrita así con minúscula y sin K, también merecerá la misma calificación.

(A estas horas habrá gente mezándose barbas y cabelleras, y eso sí debe ser interesante para ver)

Algo aprendimos: parece que la costumbre de ponerse un cordel rojo alrededor de las muñecas para ahuyentar la “mala onda” es de origen judío.

Y ahora me debato en un mar de dudas que voy a consultar con Madonna: ¿será específicamente la muñeca derecha o la izquierda?

Si me equivoco de muñeca, ¿atraeré sobre mí todas las maldiciones del universo?

Si me pongo a estudiar la cábala, ¿podré viajar a Israel y ser recibido en su casa por el presidente de Israel? ¿Me aclarará las dudas acerca de la mejor manera de usar el cordel rojo? ¿Será un rojo especial o cualquiera? ¿El cordel tendrá que tener una longitud específica? ¿Puedo instalarlo en cualquier momento o durante la luna llena? ¿Puedo pedirle a quien yo elija que me lo instale o debo requerir los servicios del rabino más cercano a mi domicilio? Si vivo en Teherán, ¿tengo derecho a usarlo?

Además, la información es muy específica: dice que se usa para “combatir el mal de ojo”, y esto me confunde cada vez más: ¿debo ver un oculista, también?

¿No serán los oculistas judíos las únicas personas de este mundo habilitadas para instalarlo con todas las de la ley?

¿No me traerá mala suerte meterme en ésta historia con el objetivo, justamente, de protegerme de ella?

¿Será bueno ser recibido por el presidente en su casa y arriesgarme a estar al lado de alguien que exhibe una sonrisa tan profesional? ¿Cuántas horas habrá ensayado el señor Peres para no desentonar al lado de Madonna, que es una experta en eso de sonreír ante las cámaras?

¿Cómo puede el presidente de Israel llamarse casi igual que el almacenero de mi barrio?

¿No será que los de migraciones de Israel escribieron mal su verdadero apellido: Pérez?

Es todo muy confuso y hasta peligroso.

Mejor toco madera, hago crucigramas y me quedo en mi casa.

1 comentario:

Danliel dijo...

Estimado reportero, el apellido Perez o Perez es originariamente judeo-español,y, muchos de los apellidos Perez de la actualidad en toda la América de habla hispana (castellano), son originariamente de judíos conversos de la inquisición.
Un poquitito más. Hasta hace poco, se sabía de familias cristianas de apellido Perez en Uruguay y Argentina, que los viernes a la caída del sol, prendían las velas del Shabbat, sin saber la causa original de esa actitud.
Atte.
Daniel Salomon Rubacha