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18:05 Más de 250 mil chicos son reclutados en todo el mundo como soldados
Según denunció UNICEF en su informe anual, los menores son obligados a utilizar armas en conflictos bélicos. El documento establece que el 40 por ciento de ellos son nenas y que la mayoría de los abusos se da en países de Africa, Asia, Cercano Oriente y América del Sur.
Más de 250 mil niños en todo el mundo son reclutados como soldados y se ven obligados a participar en conflictos bélicos manipulando armas, según denuncia UNICEF.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia difundió hoy su informe anual en Colonia, Alemania. Durante la presentación del documento, el presidente del organismo, Dietrich Garlichs, señaló que "el abuso de niños al emplearlos como soldados es una de las mayores violaciones de los derechos humanos".
El relevamiento establece que un 40 por ciento de los chicos reclutados son nenas y que la mayoría de los abusos se da en países de Africa, Asia, Cercano Oriente y América del Sur.
La experiencia de ser sometidos a ese tipo de reclutamientos le produce a los chicos trastornos psicológicos y desequilibrios postraumáticos, por lo cual es "prioritario reinsertarlos a la vida normal en el seno de la sociedad", concluyó Garlichs.
(http://www.clarin.com/diario/2007/09/17/um/m-01501221.htm)
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Es curioso que los hijos de los residentes en Europa, América del Norte y Oceanía no envíen a sus hijos al combate.
Seguramente están ocupados en otras cosas.
Es curioso que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia denuncie esta realidad pero su Consejo General sea tan inoperante (y hasta cobarde) para impedir que los padres de los chicos que no van a la guerra hagan lo que quieren con el mundo.
“¿Cómo que mis hijas no van a la guerra?, dice Bush.
“Una vez las mandé de incógnito a Buenos Aires a pasar unos días y hasta hicieron compras por la calle sin un batallón de marines detrás”, dice con orgullo.
La experiencia de ser sometidos a ese tipo de reclutamientos le produce a los chicos trastornos psicológicos y desequilibrios postraumáticos, por lo cual es "prioritario reinsertarlos a la vida normal en el seno de la sociedad", dice Dietrich Garlichs de UNICEF.
Sí: deberían dejar las armas y jugar con la computadora, ir de paseo por Disneylandia y vestirse como corresponde.
Y tal vez deberían comer bien e ir a la escuela y ser buenos alumnos pero no: entre ellos hay una epidemia mortal de anorexia porque se niegan a comer para imitar a las modelos de tapa.
Tendrían que hacer una vida normal para chicos, dicen los psicólogos y pedagogos del mundo.
Debe ser la perversa vocación de sus padres la responsable de que anden cargando ametralladoras y tirando bombas en lugar de jugar a las escondidas, a las muñecas y al fútbol.
Pero no: dejan la Barbie a un lado y se ponen a disparar contra enemigos hipotéticos.
Realmente son jodidos estos chicos, que aparentando dulzura y con una sonrisa ingenua son capaces de tirarse con una bomba puesta en medio de un grupo de buenos soldados que está edificando la democracia en Irak.
Los países como la gente (los que no mandan a sus hijos al frente de batalla) deberían crear Reformatorios Mundiales para estos ejemplares degenerados, que eligen matar al prójimo en lugar de disfrutar de la existencia y pensar en el futuro.
¿Y las hijas de Bush?
La pasaron fantástico en Buenos Aires, lejos de la rigidez del padre y jugando a ser agentes secretas.
Al volver las condecoraron con himno, banda militar y chocolate.
Y no tienen la menor idea de qué diablos es el famoso Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, aunque Dietrich Garlichs haya reprendido severamente a su padre: “Las expuso inútilmente a la tortura y a la muerte. Incluso pasaron en auto por delante del lugar donde los marinos tenían secuestrados a los luego desaparecidos”, declaró al borde las lágrimas.
Vení a jugar nene, y deja de joder con las armas que eso es cosa de grandes, ¿entendiste?
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